Sobre la ciudad francesa de Goussainville, situada a sólo 10 km al norte del Aeropuerto de Le Bourget, cayó el 3
de junio de 1973 un Tu-144S transformado en una bola de fuego. Debido a que la destrucción del avión fue en el
aire los restos se dispersaron en un área de 5.000 m², incrementado los daños en tierra. Al funeral por las
víctimas del desastre asistieron miles. Esta tragedia inspiró un movimiento para prohibir demostraciones aéreas
en áreas habitadas.
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